
Hay rumores que suenan a rutina y otros que marcan el comienzo de una nueva etapa. Este es de los segundos. Todo apunta a que el iPhone 18 Pro estrenará una cámara con apertura variable, una tecnología que podría cambiar para siempre la forma en la que hacemos fotos con un iPhone.
Una cámara que respira
La idea es simple pero poderosa: la cámara podrá abrir o cerrar su apertura dependiendo de la luz disponible, igual que lo hace el ojo humano. En entornos con poca luz, el objetivo se abrirá más para capturar cada detalle; bajo el sol, se cerrará ligeramente para evitar la sobreexposición.
Detrás de ese gesto invisible al usuario hay un salto técnico que va mucho más allá de la luminosidad. Una apertura variable significa más control sobre la profundidad de campo, lo que se traduce en retratos más naturales, fondos con un desenfoque real y una estética mucho más cinematográfica sin necesidad de modo retrato digital.
Apple nunca había implementado esta tecnología en el iPhone, y eso ya dice mucho. Desde el iPhone 14 Pro hasta el 17 Pro, el sensor principal ha mantenido una apertura fija de ƒ/1.78. El 18 Pro será, si los rumores se cumplen, el primero en romper esa limitación óptica.

La ingeniería detrás del salto
Según fuentes de la cadena de suministro, LG Innotek y Foxconn estarían detrás de la fabricación del nuevo módulo, mientras que Luxshare ICT y Sunny Optical producirían el complejo mecanismo interno que controla la apertura. En otras palabras: los mejores socios de Apple trabajando en una de las piezas más sofisticadas jamás vistas en un iPhone.
El desafío, más allá de la precisión, está en mantener el grosor y la estética del dispositivo. Apple no quiere repetir los errores de Samsung, que ya experimentó con aperturas variables en los Galaxy S9 y S10, sacrificando parte del diseño y la durabilidad. Esta vez, la apuesta de Cupertino parece más madura, más invisible, más “Apple”.

Más que una mejora: una declaración de intenciones
El rumor no llega solo. El analista Ming-Chi Kuo ya había adelantado que el iPhone 18 Pro daría un salto importante en fotografía, y esta pieza encaja perfectamente en ese puzzle. No se trata de un simple ajuste de hardware, sino de una evolución hacia una fotografía móvil más consciente, más sensible a la escena, casi viva.
En un momento en que la inteligencia artificial domina el discurso tecnológico, Apple parece haber elegido un camino más poético: perfeccionar la óptica antes que la magia del software. Porque al final, la luz sigue siendo el alma de la fotografía.

Mirando hacia el horizonte
El iPhone 18 Pro y Pro Max llegarán, según se espera, en el otoño de 2026, junto al iPhone Air 2 y el primer iPhone plegable. Pero incluso con dos años por delante, este detalle de la cámara ya hace que muchos usuarios empiecen a mirar hacia ese modelo como el verdadero salto generacional.
Quizá dentro de poco, cuando disparemos una foto con nuestro iPhone, no solo capturemos una imagen, sino una emoción modulada por la luz. Y eso —sin marketing, sin artificio— es lo que siempre ha hecho grande a Apple: entender que la tecnología más avanzada es la que pasa desapercibida.


Deja un comentario