
Si te paras a pensarlo, todos tenemos un rincón en casa que es prácticamente un museo de gadgets olvidados. En mi caso, esta tarde me ha tocado enfrentarme a los cajones donde guardo cables, ratones, pilas, fundas, cargadores y todo tipo de chismes que he ido acumulando sin darme cuenta. Y la escena es digna de cualquier página de tecnología, porque retrata perfectamente cómo ha cambiado nuestra relación con los dispositivos.
Un montón de cosas que ya no necesitamos… pero seguimos guardando
Lo primero que sorprende es la cantidad de accesorios que conservamos “por si acaso”:
- Fundas de móviles que ya no existen.
- Cargadores de portátiles que ni recordaba haber tenido.
- Ratones que funcionaban “regular” pero que no tiraste por si un día hacían falta.
- Cables de todos los tipos posibles: micro-USB, mini-USB, USB-A, Lightning, tomas redondas de cargadores antiguos… un puzle de estándares extintos.
La tecnología avanza, sí, pero nuestra costumbre de guardarlo todo avanza aún más deprisa.
El síndrome del ‘mejor no tirarlo’
El mal es común: sabemos que esas cosas no las vamos a usar jamás, pero algo nos dice que pueden salvarnos un día. Y así, sin darte cuenta, te encuentras con un cajón lleno de objetos que ya no tienen ningún sentido tecnológico, pero que forman parte de tu historia como usuario: tu primer smartphone serio, el cargador de aquel portátil que te acompañó media vida, un ratón que se tragó mil horas de trabajo…
Una foto clara de cómo evoluciona la tecnología
Ordenar este tipo de cajones es casi como hojear un álbum tecnológico personal. Ves cómo hemos pasado:
- de baterías AA a dispositivos recargables,
- de cables para todo a la carga inalámbrica,
- de accesorios enormes a gadgets minimalistas,
- de necesitar veinte cables distintos a vivir con USB-C para casi todo.
Es un recordatorio de que cada pequeño accesorio acumulado fue útil en su momento, y de que el sector avanza tan rápido que nuestra casa se convierte en el contenedor de pruebas de esa evolución.


Un consejo final para cualquiera que acumule tecnología
Haz limpieza de verdad. Quédate lo justo, lo útil, lo que aún tiene sentido. El resto, recíclalo, dónalo o tíralo sin remordimientos. A veces, ordenar ese cajón es también una manera de organizar tu vida digital.
FAQ – Preguntas rápidas
¿Qué hago con los cables y accesorios antiguos?
Puedes reciclarlos en puntos limpios o tiendas que aceptan material electrónico. Muchos tienen contenedores específicos.
¿Merece la pena guardar cargadores viejos?
En la mayoría de casos, no. Los estándares cambian tan rápido que rara vez vuelven a ser útiles.
¿Qué accesorios sí conviene conservar?
Un buen USB-C, algún adaptador universal, una batería externa en buen estado y un cargador fiable.
¿Cómo evitar volver a acumular chismes?
Revisa el cajón una vez al año. Si algo no recuerdas para qué sirve… probablemente no lo necesitas.


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